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03/2013

Sócrates el impenetrable y el amor platónico

Un investigador de la UAB ha publicado un artículo en que se reinterpreta un pasaje del diálogo El Banquete de Platón para establecer que la fortaleza del filósofo Sócrates radica en su capacidad de resistir la seducción. Así, Sócrates conoce el deseo, pero sólo lo ejerce cuando se trata de verdadero amor. Esta nueva interpretación permite acercarnos al núcleo de la doctrina del amor platónico.

Como forma de comensalidad y de consumo de vino estrictamente ritualizados, el banquete (o simposio) de época arcaica es, a pesar de los paralelos con otras culturas, una institución específicamente griega. Constituido como un círculo de élite social que se conjura para mantener la hegemonía en el seno de la polis, el simposio se nos presenta como un grupo de acción política y, al mismo tiempo, como una escuela de ideología aristocrática. Por medio del banquete, este club aristocrático puede autorepresentarse y consolidar así la cohesión y los lazos del colectivo de iguales dentro de un entorno, a veces, abiertamente hostil-tanto en relación con facciones políticas rivales como con la expansión de la democracia.

En este universo masculino, las prácticas homoeróticas están fuertemente arraigadas. La concepción griega de la sexualidad está polarizada por la distinción que separa el que tiene un papel activo del que tiene un papel pasivo en el acto sexual -entre quien penetra y quien es penetrado. Estos papeles, a su vez, están asociados a unos estatus sociales superiores o inferiores de acuerdo con las siguientes oposiciones: masculino/femenino y adulto/adolescente. De tal manera que la penetración fálica, tanto en un sentido propio como en una forma más o menos estilizada o simbólica, manifiesta la superioridad del hombre sobre la mujer o del adulto sobre el adolescente. Es, pues, la distinción entre actividad y pasividad lo que permite clasificar, en el terreno de la sexualidad, los actos y los actores.

Tomando como motivo un banquete que debió de tener lugar alrededor del 416 aC, Platón compuso, hacia el 380 aC, uno de los diálogos más celebrados: "El Banquete", en el que el objeto de debate filosófico entre los participantes es el amor. Al final del texto, irrumpe en escena, totalmente ebrio, el atractivo y gamberro Alcibíades. Informado del pasatiempo al que se dedican los comensales, también él hace un discurso, pero ahora en honor de Sócrates. Alcibíades recuerda los momentos en que ha intentado, siempre en vano, seducir al filósofo, del cual está locamente enamorado:

"En prudencia y firmeza había tropezado con un hombre tal como yo no hubiera pensado que iba a encontrar jamás. De modo que ni tenía por qué irritarme y privarme de su compañía, ni encontraba la manera de cómo podía conquistármelo. Pues sabía bien que en cuanto al dinero era por todos lados mucho más invulnerable que Ayante al hierro."

Al igual como lo hace esta traducción, todos los comentaristas y traductores del Banquete de Platón han dado por hecho, sin excepción, que Alcibíades caracteriza a Sócrates como insobornable-incorruptible con obsequios o dinero. Ahora bien, de la confrontación con el breve pasaje de un autor de época arcaica que Platón conocía bien (Acusilao de Argos, del s. VI aC), se desprenden unos paralelos textuales y de fraseología reveladores.

Más concretamente, el uso de la palabra atrotos (literalmente 'invulnerable', 'impenetrable') permite concluir que Alcibíades no describe Sócrates como incorruptible "en cuanto al dinero" sino, en el sentido propio del término, como impenetrable -una palabra con un trasfondo sexual explícito. Esta caracterización encaja con el discurso de Alcibíades, que interpreta el desprecio de Sócrates por su belleza provocadora como una muestra de la fortaleza del filósofo -deseado, justamente, en la medida en que es capaz de resistir la seducción.

Ello no implica que Sócrates no conozca el amor ni el deseo, sino que sólo él es arrastrado por la fuerza del verdadero amor. Si es cierto, como se ha dicho, que la tradición filosófica occidental es una serie de notas a pie de página en la obra de Platón (Alfred Whitehead), el pasaje en cuestión, todo un ejemplo de la "relación entre la abstinencia sexual y el acceso a la verdad" (" rapport entre el abstinence sexuelle et l'accès à la vérité" de Michel Foucault), nos permite acercarnos al núcleo de la doctrina del amor platónico.

Jordi Pàmias

Referencias

Jordi Pàmias (2012). Incorruptible Socrates? (Pl. Smp. 219e and Acus. frag. 22)Hermes 140, 369–374.

 
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